En la parte 1 hablamos del instinto de caza, de la defensa del territorio y del comportamiento alimenticio del perro. Hoy abordaremos otros tres temas cruciales en el entendimiento y educación de nuestra mascota.
El comportamiento sexual
Al igual que en los tres temas expuestos en la parte 1, el comportamiento sexual también toma en cuenta la jerarquía. Cuando los machos dominantes se aparean con una hembra, lo hacen frente a todos los otros para demostrar su rango superior. De hecho, la presencia de un dominador inhibe los dominados, estos son incapaces de expresar su sexualidad en esas condiciones. Las jóvenes hembras de la manada intentan obtener el favor del macho dominante para acceder al mejor rango, lo cual no resulta fácil ya que las hembras dominantes protegen sus privilegios. Para ello disponen de feromonas que huelen más fuerte que las de las hembras jóvenes, atrayendo así más fácilmente al macho dominante. Estás hembras dominantes, en presencia de otros miembros de la manada, tienen tendencia a rechazar los avances de los dominados y de los jóvenes machos. Sin embargo, aceptarán aparearse si esto se produce fuera de la vista de los otros miembros de la manada. El perro es irresistiblemente atraído por el olor de la hembra, que vuele de muy lejos, esto puedo provocar que nuestra mascota macho se fugue de la casa. El instinto sexual es muy fuerte en el macho, y los perros de compañía que no tienen la posibilidad de satisfacerlo sufren de frustraciones que pueden conllevar problemas psicológicos variados.
El comportamiento maternal
La perra tiene un instinto maternal desarrollado que le dicta todos los gestos indispensables a la supervivencia de su camada. Cuando una madre no quiere alimentar a su cachorro, es porque éste está mal formado o enfermo. Los primeros días, la perra defiende a sus cachorros y muestra los dientes si un extranjero o unos niños se aproximan a estos. Esta agresividad pasajera, totalmente natural, va pasando conforme los cachorros empiezan a crecer.
Cuando las perras son privadas de sexualidad, pueden traducir la frustración haciendo un nido y depositando algún objeto que defenderán como si se tratase de su cachorro.
El lenguaje canino
Saber interpretar la voz, las mímicas y las actitudes del perro resulta indispensable para no cometer errores durante su educación.
Los ladridos
Puede ser de felicidad, de inquietud o de furia, lo cual nos da una idea de quien está en la puerta: un amigo o un desconocido. El perro ladra en diferentes circunstancias, cuando otro perro o un extranjero se aproximan a su territorio, cuando caza o cuando juega, si se encuentra solo o encerrado. Los ladridos son en ese caso un grito de llamado a la familia-manada que lo abandonó. Los gemidos también pueden ser la expresión de la soledad o de la ansiedad, como por ejemplo cuando el can pide ir de paseo o entrar a la casa si se siente solo afuera en el jardín o patio exterior.
Las actitudes corporales
La cola abatida expresa la duda o el miedo, mientras que la cola alzada y agitada es signo de felicidad. Si la cola bate levemente en una posición media puede ser la expresión de inquietud o timidez. Para expresar su afecto, el perro lame las manos de su amo, las mordisquea. Si quiere ir a pasear o jugar puede poner su pata en la pierna del amo o empezar a gemir ligeramente. El perro que se acuesta de espaldas transmite sometimiento hacia otro perro o hacia un humano.