Ya habíamos dicho en el anterior artículo que la limpieza del perro dependía mucho de su amo. En su más temprana edad, el hombre es quien debe hacer que el can asimile los buenos hábitos del hogar, hoy veremos justamente un aspecto crucial en este proceso de aprendizaje: hacer que el perro aprenda a obedecer.
Aprender a obedecer
Desde la edad de 2 meses o dos meses y medio, el cachorro es suceptible de hacernos caso cuando lo llamamos. Es decir, puede que reconozca su nombre, el cual idealmente tiene que ser corto y fácil de pronunciar. Por ejemplo: Laika o Santa. Los nombres de dos sílabas son ideales para que el perro se reconozca. También es ideal evitar llamarlo por otros nombres, como «mi pequeñín» o «gordito».
El amo deberá llamar al cachorro por su nombre cada vez que se dirija hacia él y cada vez que le dé de comer. Añadirá la palabra «aquí» para que el animal asocie esta orden al efecto de acercarse o de acudir al llamado. Cada vez que el cachorro reaccione con docilidad al llamado, será felicitado mediante caricias y mimos.
Por lo general, el perro adquiere de forma rápida la facultad de responder a su nombre. En caso de que no fuera así, será necesario ponerle una correa y un collar para incitarlo a venir cada vez que se lo llamé, soltándolo y felicitándolo cada vez que se le haya obligado a acercarse mediante la correa, como si hubiese sido de forma natural. Es necesario repetir esto hasta que el animal acuda naturalmente y de forma dócil al llamado de su amo. Este ejercicio tendrá que ser repetido a diario, pero con intervalos de juegos y de descanso para que el cachorro no perciba el ejercicio como algo pesado y desagradable.
Caminando con una correa
El cachorro tiene que acostumbrarse desde muy temprano a estar con collar y a ser paseado con correa. El amo realizará primero este trabajo de paseo con correa dentro de la casa. Al principio el joven alumno jalará la correa y se resistirá a ser paseado, pero terminará por dejarse llevar por su amo. Debería estar totalmente acostumbrado a caminar pegado a su amo a los 5 o 6 meses. Para saber cómo y de qué lado llevar a tu perrito, contacta con nuestros especialistas en comportamiento canino
El ejercicio deberá continuar en el jardín (o en un parque público) con una correa de un metro aproximadamente. Cada vez que el cachorro empiece a jalar sobre la correa, el amo tiene que jalar sobre esta rápidamente y firmemente para transmitir la idea de caminar juntos al mismo ritmo. La correa no tiene que mantenerse extendida durante el paseo, siempre tiene que estar un poco floja, ese decir con un cierto margen, la cuerda o tela de la correa no tiene que estar tendida.
Las primeras órdenes
Cada vez que el cachorro se siente de forma natural, hay que simplemente decirle «¡sentado!» o «¡siéntate», mantenerlo en la posición sentada durante unos segundos con nuestra mano apoyada gentilmente pero firmemente sobre la parte trasera de su lomo. Idealmente, hay que darle una recompensa cada vez que se quede sentado, para que asocie esta práctica con algo bueno. Se recomienda realizar este ejercicio colocando el perro frente a un muro, para evitar que se distraiga.
Si sigues esta directrices y practicas a diario, ten por seguro que tu perro será muy educado a la hora de viajar en el carro o de estar rodeado de más gente en un lugar público.